Problemas del turismo
El turismo de masas conlleva más problemas que beneficios allá donde se produce. Existen formas de minimizar sus riesgos, con una gestión adecuada que permita combinar la protección y calidad de vida de un lugar y de sus gentes, con los visitantes que acuden a conocerlo.
De tal forma, mientras hay sitios en los que ya se han tomado medidas para evitar que mueran de éxito, y en otros están estudiando las mejores opciones, todavía existen algunos en los que las autoridades miran para otro lado al tiempo que las grandes fortunas, tanto particulares como empresariales, acaparan destinos en los que poco importa el estado de conservación del litoral y las poblaciones autóctonas. Así las cosas, os presentamos cinco lugares en peligro por el turismo de masas.
1
Venecia
Cuando una ciudad que no llega a los 60.000 habitantes recibe cada año alrededor de treinta millones de turistas es lógico que salten las alarmas. Este incremento de visitantes en Venecia ha sido inversamente proporcional al abandono de sus habitantes. El comercio local fue muriendo al tiempo que crecían los restaurantes, hoteles, tiendas de recuerdos hechos en China y el número de grandes cruceros.
En 2012, se estrenó el documental El síndrome de Venecia, de Andreas Pichler, en el que se muestran los efectos del turismo de masas sobre la ciudad italiana. Su título se ha adaptado comúnmente para referirse a todos los lugares que están padeciendo estas mismas circunstancias.
2
Lagos de Plitvice
El mercado inmobiliario y la contaminación, fruto de la presencia masiva de turistas, son los dos grandes riesgos que corren los lagos de Plitvice, un parque nacional en Croacia que fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 1979. Las numerosas construcciones turísticas en la zona ponen en peligro un paraje que todavía alberga especies como el lobo, el lince y el oso pardo. Si a eso le sumamos el más de un millón de personas al año que lo visitan, la creación y mantenimiento de un plan de protección adecuado es fundamental para su pervivencia.
3
Bali
Bali es una de esas islas paradisíacas que corre serio peligro. El turismo masivo que sufre este lugar de Indonesia provoca toneladas de basura y pone en riesgo el resto de islas de la zona. Las fiestas rave, el aumento del tráfico, la construcciónimparable de enormes hoteles que consumen cantidades elevadísimas de agua dulce y la pérdida de la propia identidad cultural de un pueblo, unido a los daños que sufre la fauna por la contaminación, pueden provocar que este paraíso deje de serlo mucho antes de lo que nos imaginamos si las autoridades no se toman en serio una legislación medioambiental que lo proteja.
4
Koh Lipe
Ni siquiera las islas más lejanas se libran de estos peligros. Koh Lipe, en Tailandia, ha visto como el urbanismo ha crecido sin control para satisfacer a los miles de turistas que se acercan a ella cada año. Es la única isla del parque natural de Koh Tarutaoen la que se permite edificar, así que hoteles, restaurantes y bares se extienden aquí y allá afectando tanto al medio natural como a la minoría de los urak lawoy.
5
La Capilla Sixtina
De los peligros del turismo de masas no se libra ni la Capilla Sixtina. Esta maravillosa obra artística, ubicada en la ciuda del Vaticano, recibe la visita de unos 20.000 turistas diarios. Tal cantidad de personas provoca un riesgo para su conservación, debido al calor corporal y al aliento; además del polvo que semejante cantidad de gente levanta, por lo que es necesario limitar el número de visitantes y conservar en el mejor estado los sistemas de ventilación para asegurar que este lugar pueda seguir siendo uno de los referentes del arte de Occidente.
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